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  • Natalia Agraso Fábregas

Agnès Varda

Actriz, directora de cine, guionista… Agnès Varda (1928-2019) es considerada la “abuela de la Nueva Ola”, así como una de las pioneras del cine hecho por mujeres y del cine feminista.



Nació en Bruselas con el nombre de Arlette. Su padre pertenecía a una familia de refugiados griegos en Asia Menor y su madre era francesa. Estudió Historia del Arte en París, ciudad donde también ejercería como fotógrafa oficial en el Théâtre National Populaire.

Un amigo de Varda tenía una enfermedad terminal que le impedía viajar; ella, cogió su cámara y se pasó varios días grabando la ciudad de Sète para que él la pudiese contemplar. No tenía ningún tipo de formación cinematográfica, pero creó su propia compañía de producción, Ciné-Tamaris. De este modo, nació su primera película, La Pointe Courte (1954), que narraba la historia de una pareja en la ciudad pesquera.



Este filme se estudia como antecedente de la Nouvelle vague, el movimiento cinematográfico más importante en Europa en la segunda mitad del siglo XX. Además, Agnès fue la única mujer dentro de este movimiento. No era habitual que las mujeres accediesen a la dirección cinematográfica, por lo que abrió el camino a futuras cineastas.


En 2017, cuando recibía el Premio Donostia en el Festival de San Sebastián, declaraba:

Sugerí a las mujeres que estudiasen cine. Les dije: salid de las cocinas, de vuestras casas, haceos con las herramientas para hacer películas.

A lo largo de su vida dirigió cerca de 40 piezas (documentales, cortos y largometrajes). Toda su obra se caracteriza por un carácter realista y social.


Su formación en fotografía le permitió detenerse ante los pequeños detalles y captar la realidad de la forma más veraz, rasgo clave de ese nuevo estilo imperante en Francia.


En la primera etapa destacan los personajes femeninos y las luchas feministas.


A partir del año 68, se habla de una segunda etapa en su carrera. La felicidad, Las criaturas o Lion’s Love son algunas de esas películas. Aquí Agnès Varda se cuestiona la rigidez de la sociedad burguesa.


También sigue estas pautas Una canta, la otra no (1977), con un estilo más jovial, donde interpreta las luchas feministas como una danza de colores kitsch.



Los espigadores y la espigadora (Les glaneurs et la glaneuse, 2000) es un documental que, aunque no es expresamente feminista, aborda la construcción de la mirada femenina en el cine. Se narra en primera persona, revelando un proceso de autorrepresentación, donde juega con los estereotipos vinculados con la mujer en el cine clásico.

En 2017 estrenó, junto con el fotógrafo y muralista JR, Caras y lugares (Visages Villages), un documental disponible en Prime en el que recorren Francia en una furgoneta. En él juega de nuevo con la mezcla de cine, documental y diversión.


En marzo se cumplieron dos años de su muerte, pero esta no fue su última obra. En 2019 presentó Varda por Agnès, un documental en el que, lejos de despedirse, daba la bienvenida.



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