Aunque nació en La Habana (Cuba), Ana Mendieta (1948-1985) fue enviada a Estados Unidos a través de la "Operación Peter Pan". Allí realizó sus estudios y llevó a cabo sus primeros trabajos artísticos, los cuales retomaban las raíces populares, siendo la santería un tema de especial relevancia.
La santería es un culto de origen afrocubano practicado por los antiguos esclavos tras la esclavización colonial.
Facial Hair Transplant (1972), Ana Mendieta
Ana Mendieta se convirtió en una artista multidisciplinar, encuadrada en el movimiento conceptual. Dominaba la pintura, la escultura y el videoarte, pero es conocida, sobre todo, por sus performances, utilizadas como método reivindicativo. La propia artista las describía como earth-body art al combinar elementos naturales con su propio cuerpo.
Autorretrato con sangre (1973), Ana Mendieta
La violencia, la muerte, sus orígenes cubanos, la identidad o el renacer cultural son cuestiones que Ana enfocó en su trabajo. Sus piezas hablaban de las trabas que le suponían su género y su procedencia en un espacio tan patriarcal como el ámbito artístico estadounidense. Partió de un contenido autobiográfico, sin embargo, consiguió establecer un fuerte conexión con los espectadores, convirtiéndose en la expresión de todas las afectadas.
En el Medio Oeste, la gente me miraba como un ser erótico (el mito de la latina ardiente), agresivo, y en cierta manera diabólico. Esto creó en mí una actitud muy rebelde, hasta que, por así decir, explotó dentro de mí y yo cobré conciencia de mi ser, de mi existencia como un ser particular y singular. Este descubrimiento fue una forma de verme a mí misma separada de otros, sola.
Utiliza en multitud de ocasiones la sangre como un recurso para incomodar al espectador. En 1972 posa desnuda con un pollo al que decapita y desangra a la altura de su pubis (Death of a chicken). En el mismo año, con Feathers on a Woman se presenta cubierta de plumas blancas, ejerciendo un paralelismo con la obra anterior.
Resultaba desagradable observar el proceso de muerte del animal, al igual que debería ocurrir con los múltiples casos de asesinatos y violaciones que ocurrían en su entorno. Una situación descarnada que pretendía criticar las vejaciones hacia la mujer, como la que ella misma sufrió con 36 años.
Death of a chicken (1972), Ana Mendieta
Feathers on a Woman (1972), Ana Mendieta
En Glass on body presiona diferentes partes de su cuerpo sobre un cristal, mostrando cómo se deforma al ser empujado y violentado. Autorretrato con sangre, utiliza una vez más la sangre como evidencia de esas vejaciones.
Glass on body (1972), Ana Mendieta
Rape Scene es la reacción artística que surge tras la violación de una joven en el campus universitario donde estudiaba. Recrea el escenario, apareciendo semidesnuda y cubierta de sangre sobre una mesa, con las manos atadas y evidentes signos de violencia. Detalla la crudeza del acto y la vulnerabilidad de la mujer ante esos abusos.
Rape Scene (1973), Ana Mendieta
En Body Tracks se sitúa frente a una pared blanca y, con un gesto de sacrificio, plasma su sangre en la pared. Luego, abandona el espacio para contemplar la huella dejada. Además de usar su propio cuerpo como herramienta, hace que sus fluidos sean el pigmento único de la obra (la sangre utilizada era de origen animal).
Hace que el arte sea incómodo y visceral, siendo, al mismo tiempo, reflejo de un cruda realidad.
Body Tracks (1974), Ana Mendieta
Mendieta exploraba con la disolución de identidades, tanto étnicas como sexuales. Para la serie fotográfica Facial Hair Transplant plasmó el proceso de cortarle la barba a su amigo para ponerlos posteriormente en su rostro. Decía que se trataba de una continuación de la obra L.H.O.O.Q. (1919) de Duchamp, en la que añadía bigote y barba a la Mona Lisa.
Facial Hair Transplant (1972), Ana Mendieta y Morty Sklar's
También combinó el body art y el land art. Con Silueta (1973-1980) realizaba una conexión carnal y espiritual con la naturaleza y su ascendencia latina. Ocultaba su cuerpo desnudo tras ramos de flores, mientras yacía en una tumba abierta zapotec. Sentía que no encajaba en su país de acogida y, así, de alguna manera conectaba con sus orígenes.
Es el resultado de haber sido arrancada de mi patria. Mi arte es el camino mediante el cual restablezco los lazos que me atan al universo.
Silueta (1973-1977), Ana Mendieta
En 1980 regresa a Cuba. Allí, surge la serie Islas, resultado de disponer su cuerpo, modelado en barro, en medio del agua, aludiendo a la forma de su país natal. En contraposición a Siluetas, Ana experimentaba la conexión y la sensación de pertenencía al lugar en el que se encontraba en ese momento.
Islas (1981), Ana Mendieta
Tan solo cinco años después, con 36 años, aparecía muerta en Nueva York, donde residía con su pareja, el también artista Carl Andre. Todo apuntaba a que este la empujó desde su piso 34º, provocándole la muerte; no obstante, él fue absuelto, aludiendo a que Ana se había provocado el suicidio.
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