top of page
  • Natalia Agraso Fábregas

Elin Danielson Gambogi

Elin Danielson Gambogi (1861-1919) fue una de las integrantes de la primera generación de mujeres finlandesas en recibir educación profesional artística, conocida como Generación de Hermanas Pintoras.


Después del desayuno (1890), Elin Danielson Gambogi


Después del desayuno encarna muy bien el estilo de esta pintora finlandesa, al tratarse de una escena de género con una mujer como protagonista. Propio de este estilo artístico, vemos la esencia de un momento cotidiano; como si fuese una fotografía, consigue parar el tiempo. Presenta un delicado tratamiento lumínico y unas pinceladas que se mueven entre lo realista y lo naturalista, fruto de sus múltiples viajes e influencias.


Elin comenzaría sus estudios artísticos en Helsinki, y posteriormente acudiría a la academia de Adolf von Becker, donde aprendió la técnica del óleo. De su autor toma las influencias de Courbet.


Autorretato, Elin Danielson Gambogi


Procedía de familia campesina, y era su madre quien se hacía cargo de ella y de su hermana pequeña tras la muerte de su padre, quien se había quitado la vida a causa de la presión económica a la que se veían sometidos. Es por ello que todos sus viajes han sido posibles gracias a becas, como la que consiguió en 1880 para asistir a la Academia Colarossi en París. En ella las mujeres eran bienvenidas y se les permitía dibujar cuerpos desnudos, tanto masculinos como femeninos.


Es en Francia donde asienta la formación impresionista que irá desarrollando a lo largo de su vida. Posteriormente viajaría a Bretaña y, de Jules Bastien-Lepage adquiriría las técnicas naturalistas y el influjo de Millet. Se especializaría en retratos y naturalezas muertas.


Tras la invitación de Víctor Westerholm, vuelve a Finlandia, donde trabajaría con un grupo de artistas la pintura al aire libre. A esta etapa pertenece Tarde de verano en el archipiélago (1886-87) donde se aprecia el tratamiento exquisito que tenía realizando paisajes. Durante su estancia en Finlandia trabajaría como profesora en diversas escuelas de arte.


Tarde de verano en el archipiélago (1886), Elin Danielson


Vuelve a París en 1889 y allí es premiada con un retrato femenino, el cual muestra los rasgos básicos de Elin como pintora. Retrata a Hilma Westerholm de manera muy íntima, como si la cogiese desprevenida, comiendo una manzana, aportando un aspecto cálido, acogedor y hogareño a la obra. La postura de Hilma, hacia delante y con el mantón sobre sus hombros, hace que se entable una relación entre espectador y obra, como si nos fuese a hablar en cualquier momento. Sus colores suelen ser siempre cálidos, y aquí la pincelada es algo más definida, siendo una obra bastante realista.


Hilma Westerholm (1888), Elin Danielson


En 1898, durante su visita a Italia, contrae matrimonio. Rafaello Gambogi era también pintor y se influenciaron mutuamente. A diferencia de algunas artistas femeninas, ella no abandonó su profesión tras casarse, aunque después de que su marido cayera enfermo, abandonaría temporalmente los pinceles. Juntos expusieron en París, Florencia, Milán y algunas ciudades finlandesas.

De Italia destacan las obras paisajísticas, de gran contraste y con colores más apagados; se observa su impronta impresionista, con una pincelada más suelta y con un gran protagonismo de la luz.

Atardecer (1905), Elin Danielson


En 1899 consiguió ser la primera finlandesa admitida en el Bienal de Venecia, gracias a su obra Noche de invierno.


Noche de invierno (1899), Elin Danielson


En sus obras podemos ver sobre todo retratos femeninos, además de paisajes, por lo que esta pieza es casi una excepción.


Ese mismo año, también presentaría en la Sociedad de Bellas Artes de Florencia, donde el Rey Umberto I de Italia adquiriría alguna de sus obras.


Retrato (1900), Elin Danielson

Esta pintora no era para nada desconocida en su época, pero el discurso moderno de la Historia del Arte la ha hecho desaparecer. En la segunda década del siglo XX sus obras estarían por Italia, Milán, Florencia, Roma y Livorno. Participaría de nuevo en la Bienal de Venecia, esta vez, con la obra Retrato (1900) donde la artista se autorretrata con la paleta de colores en la mano, recordándonos al autorretrato de Sofonisba Anguissola, y siendo parte de esas artistas que ponen de manifiesto su papel como mujeres pintoras.


En sus múltiples retratos femeninos muestra la imagen de una mujer trabajadora, culta, que ejerce como madre, que trabaja en el campo, que toca instrumentos y que se permite descansar. Aunque no conociésemos su autoría, estaría claro que detrás de estas pinturas se encuentran los ojos y las manos de una mujer.


Mother (1893)


Potato Harbesters (1893)



The spinner (1919)

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page